CRITERIOS DIAGNÓSTICOS ANSIEDAD SEPARACIÓN DSM-V

A. Miedo o ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo concerniente a su separación de aquellas personas por las que siente apego, puesta de manifiesto por al menos tres de las siguientes circunstancias:

1. Malestar excesivo y recurrente cuando se prevé o se vive una separación del hogar o de las figuras de mayor apego.

2. Preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida de las figuras de mayor apego o de que puedan sufrir un posible daño, como una enfermedad, daño, calamidades o muerte.

3. Preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de que un acontecimiento adverso (como perderse, ser raptado, tener un accidente, enfermar) cause la separación de una figura de gran apego.

4. Resistencia o rechazo persistente a salir, lejos de casa, a la escuela, al trabajo o a otro lugar por miedo a la separación.

5. Miedo excesivo y persistente o resistencia a estar solo o sin las figuras de mayor apego en casa o en otros lugares.

6. Resistencia o rechazo persistente a dormir fuera de casa o a dormir sin estar cerca de una figura de gran apego.

7. Pesadillas repetidas sobre el tema de la separación.

8. Quejas repetidas de síntomas físicos (dolor de cabeza, dolor de estómago, náuseas, vómitos) cuando se produce o se prevé la separación de las figuras de mayor apego.

B. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, dura al menos cuatro semanas en niños y adolescentes y típicamente seis o más meses en adultos.

C. La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, académico, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

D. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental, como rechazo a irse de casa por resistencia excesiva al cambio en un trastorno del espectro autista, delirios o alucinaciones concernientes a la separación en trastornos psicóticos, rechazo a salir sin alguien de confianza en la agorafobia, preocupación por una salud enfermiza u otro daño que pueda suceder a los allegados u otros significativos en el trastorno de ansiedad generalizada, o preocupación por padecer una enfermedad en el trastorno de ansiedad por enfermedad.


FACTORES DE RIESGO Y PRONÓSTICO

Ambientales. El trastorno de ansiedad por separación se desarrolla con frecuencia después de un estrés vital, en especial de una pérdida (como la muerte de una mascota familiar, una enfermedad propia o de un familiar, un cambio de colegio, el divorcio parental, una mudanza a un nuevo entorno, la inmigración y una catástrofe que suponga períodos de separación de las figuras de apego).

En los adultos jóvenes, otros ejemplos de estrés vital son dejar la casa de los padres, entablar una relación sentimental y convertirse en padre. La sobreprotección parental y el intrusismo pueden estar asociados con el trastorno de ansiedad por separación.

Genéticos y fisiológicos. El trastorno de ansiedad por separación en los niños puede ser hereditario. La heredabilidad estimada es del 73 % en una muestra comunitaria de gemelos de 6 años de edad, con cifras más altas en las niñas. Los niños con trastorno de ansiedad por separación muestran un particular aumento de la sensibilidad a la estimulación respiratoria mediante aire enriquecido con CO2.


Fuente: Asociación Americana de Psiquiatría, Manual diagnóstico y estadístico de los tras-tornos mentales (DSM-5®), 5a Ed. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2014

MUTISMO SELECTIVO

Los niños con mutismo selectivo, cuando se encuentran con otros sujetos en las interacciones sociales, no inician el diálogo o no responden cuando les hablan.

Estos niños hablan en casa, en presencia de sus familiares más allegados, pero a menudo no lo hacen con amigos o familiares que no forman parte de su círculo más próximo (ni siquiera abuelos o primos). El trastorno está caracterizado por una elevada ansiedad social.

En ocasiones estos niños se comunican por medios para-verbales, como gestos, gruñidos o escritura.

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DSM-5

A. Fracaso constante para hablar en situaciones sociales específicas en las que existe expectativa por hablar (como en la escuela) a pesar de hacerlo en otras situaciones.

B. La alteración interfiere en los logros educativos o laborales, o en la comunicación social.

C. La duración de la alteración es como mínimo de un mes (no limitada al primer mes de escuela).

D. El fracaso para hablar no se puede atribuir a la falta de conocimiento o a la comodidad con el lenguaje hablado necesario en la situación social.

E. La alteración no se explica mejor por un trastorno de la comunicación, como el tartamudeo y no se produce exclusivamente durante el curso de un trastorno del espectro autista, la esquizofrenia u otro trastorno psicótico.

CARACTERÍSTICAS ASOCIADAS AL MUTISMO SELECTIVO

Los niños con este trastorno suelen presentar timidez excesiva, miedo a la humillación social, aislamiento y retraimiento social, rasgos compulsivos, negativismo, rabietas, comportamiento controlador (especialmente en casa).

Aunque sus habilidades lingüísticas son normales, el mutismo puede estar asociado con un trastorno de la comunicación, aunque no se ha identificado ninguna asociación concreta con algún trastorno especifico de la comunicación. Incluso cuando este trastorno está asociado, también existe ansiedad.

A los niños con mutismo selectivo se les puede diagnostica como trastorno de fobia social

TOC EN LA INFANCIA

El TOC es un problema que puede aparecer en la infancia

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad en el que el niño o adolescente presenta generalmente obsesiones y también compulsiones, aunque a veces sólo tiene obsesiones o sólo compulsiones.



Al menos alguna vez el niño reconoce que las obsesiones o las compulsiones son excesivas o absurdas. Las obsesiones se definen como ideas, impulsos o imágenes mentales recurrentes que el niño tiene sin querer (no las puede evitar aunque no le gusten) y que le producen mucha ansiedad o distress. No se trata de simples preocupaciones sobre problemas de la vida diaria. El niño intenta ignorarlas o suprimirlas y generalmente reconoce que son producto de su mente y no son reales.


Las compulsiones se definen como comportamientos repetitivos (lavarse las manos, ordenar cosas, asegurarse de cosas) o acciones mentales (contar, repetir palabras, rezar) que el niño se siente empujado a hacer en respuesta a una obsesión, o según reglas aplicadas rígidamente. Estos comportamientos repetitivos tienen por objeto prevenir o reducir la ansiedad o evitar que pase algo malo, aunque no tienen conexión con la acción que intentan prevenir o son claramente excesivas.

Cómo se presenta el TOC en niños

Obsesiones
  • Temor a contaminarse. 
  • Temor a causar daño a otros o a que le pase algo a los padres, familia… 
  • Ideas agresivas o de contenido sexual. 
  • Escrupulosidad / religiosidad excesiva. 
  • Pensamientos prohibidos. 
  • Necesidad de simetría. 
  • Necesidad de decir o confesar. 
Compulsiones
  • Lavarse. 
  • Repetir una acción hasta hacerla “bien”. 
  • Asegurarse (de haber cerrado la puerta, de haber cerrado el agua…). 
  • Tocar. 
  • Contar objetos o hasta un determinado número. 
  • Ordenar. 
  • Acumular (no poder tirar nada). 
  • Rezar. 

Más del 85% de los niños que sufren TOC tienen compulsiones de lavarse, y deben pasar varias horas al día lavándose las manos (u otra parte del cuerpo). A veces hasta se hacen heridas por tanto lavarse.

El 51% tienen compulsiones de repetir acciones, y pasan horas al día vistiéndose de forma “correcta”, o repasando los deberes y haciéndolos una y otra vez si cometen un error (no toleran borrar un error o tacharlo). La tercera compulsión más frecuente es asegurarse, que está presente en el 46% de los niños afectados, y pasan mucho tiempo mirando a ver si han cerrado bien la puerta de casa, o el grifo, o preguntando a los padres si han apagado el gas o cerrado el coche con llave, etc.


Las obsesiones pueden variar con la edad, por ejemplo, un niño pequeño puede temer que le hagan daño a él o a sus padres (a que un ladrón entre por la ventana o puerta abierta), y realizará compulsiones de comprobación de las cerraduras antes de acostarse.

Un niño en edad escolar puede tener miedo a contagiarse de alguna enfermedad o a los gérmenes, y realizará rituales de lavarse de forma repetida. Cierta obsesividad y compulsividad son normales en niños pequeños, entre los 2 a los 10 años, y en los adolescentes. Debe distinguirse ésta obsesividad o rigidez normal para la edad del TOC.

Los rituales a la hora de dormir o en la higiene o la eliminación son frecuentes en niños pequeños y no representan patología, pero si duran mucho tiempo todas las noches o si no disminuyen con la edad pueden sugerir la existencia de un problema. El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) afecta a uno de cada 200 jóvenes y en muchos casos tiene un impacto grave sobre su funcionamiento académico, social o familiar. Sin embargo, pocos niños son diagnosticados y aún menos son tratados correctamente. El TOC es uno de los grandes desconocidos entre los trastornos de ansiedad en los niños.

Muchos niños lo sufren en silencio hasta que sus padres se dan cuenta, pero a veces tampoco ellos piden ayuda, convirtiéndose en un problema secreto, del que no se habla o se hace con vergüenza. Otras veces se confunde con “manías” o costumbres del niño, o con una personalidad limpia o muy ordenada. El TOC en niños empieza entre los 7 a 10 años (coincide con los primeros años de educación primaria, pero no es ésta su causa) y tiene una prevalencia de vida de entre 0,3 al 1,9 % en niños y adolescentes. Un 33% de los adultos con TOC dicen que sus síntomas empezaron en la infancia. Frecuentemente el niño se avergüenza de sus compulsiones porque no son lógicas, pero no las puede evitar, por miedo a que algo mucho peor suceda.

A veces los síntomas afectan mucho al niño en el colegio (no pudiendo usar los baños por miedo al contagio, repitiendo los ejercicios una y otra vez a pesar de que el maestro diga lo contrario…). Otras veces sólo están presentes en casa, y los padres pueden creer que el niño los hace para “fastidiarles”.

CAUSAS DEL TOC


No se sabe todavía la causa del TOC, aunque sí sabemos que no surge como respuesta a un supuesto “conflicto intrapsíquico” ni tampoco por un “conflicto sexual reprimido” como decían las teorías psicoanalíticas antiguas. Tampoco se debe al efecto de los padres sobre el niño, ni al nacimiento de un hermano menor, ni al estres del colegio, etc. Por la eficacia de los antidepresivos inhibidores de recaptación de serotonina (ISRS) en el tratamiento del TOC, se piensa que se debe a una alteración de la serotonina.

Estudios genéticos indican que el TOC tiene relación con algunos trastornos por tics, como el trastorno de Tourette (tics motores y vocales). Se han encontrado también alteraciones en la funcion en circuitos cerebrales que comunican una zona del encéfalo, los ganglios basales, con la corteza cerebral, y en concreto en una zona llamada núcleo caudado.

Algunos niños con una infección de garganta por estreptococo tienen un brote posterior de TOC, producido por una respuesta autoinmune de anticuerpos contra el estreptococo que lesionan zonas del núcleo caudado.

CÓMO SE TRATA EL TOC EN NIÑOS


La mayoría de los niños con TOC se pueden tratar y mejoran con una combinación de tratamiento psicológico de tipo cognitivo conductual llamado de “exposición y prevención de respuesta” (E-PR) y un medicamento del grupo de los antidepresivos inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS) (fluoxetina, sertralina, paroxetina, o fluvoxamina).

Generalmente se necesita un tratamiento farmacológico más largo (más de 1 año) y una dosis superior a la necesaria para tratar la depresión, pero si se hace correctamente, se obtienen resultados muy satisfactorios. En los casos donde hay un posible origen en una infección con estreptococos se puede tratar con antibióticos y terapia inmunológica para retirar los anticuerpos dañinos que están atacando al núcleo caudado. La psicoterapia psicoanalítica no ayuda en niños con TOC y hace perder meses o años de tiempo muy valioso.

Parte del tratamiento conductual incluye enseñar al niño y a los padres a hablar de una forma diferente del TOC, y separar lo que es el niño de lo que es el TOC. El niño aprende a anticipar los pensamientos involuntarios y absurdos, y se le enseña poco a poco a evitar hacer la compulsión. Por ejemplo, se le hace tocar un picaporte y resistir el impulso de lavarse las manos. Mientras el niño no puede lavarse se hacen ejercicios de relajación, de valoración realista del riesgo, y de distracción, así, disminuye la ansiedad sin recurrir al acto compulsivo. Poco a poco el niño va eliminando las compulsiones, primero las más sencillas, las que le cuestan menos. Además del trabajo en el despacho, el niño realiza ejercicios en casa con sus padres.

La asociación del tratamiento conductual a la medicación, aumenta la probabilidad de que el niño siga sin síntomas cuando en el futuro se interrumpa gradualmente la medicación. Es importante que los padres que crean que su hijo pueda estar sufriendo TOC acudan pronto a su pediatra o psiquiatra infantil.

FOBIA ESCOLAR

la fobia escolar suele empezar en la primera infancia 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La fobia escolar consiste en un temor irracional a la escuela que produce un absentismo a clase total o parcial.

La falta de asistencia a la escuela puede ser un motivo suficiente para remitir a un niño a salud mental; muchos de estos niños pueden tener síntomas ansiosos. Pero la fobia escolar, como tal no es trastorno muy común

Generalmente, la instauración del problema es gradual, agravándose las dificultades a lo largo de semanas y meses. Los signos y síntomas generalmente se incrementan desde que el niño se despierta por la mañana. Afecta sobre todo a niños entre 11 y 14 años, pero puede observarse entre 5-15 años de edad. Es frecuente que aparezcan picos en momentos de transición escolar primaria-secundaria. Afecta a niños y niñas por igual.

El niño puede expresar de forma directa el miedo, pero lo más frecuente es que no vaya al colegio por otros motivos: síntomas físicos que parezcan una enfermedad que les haga imposible levantarse por la mañana (dolor abdominal, de cabeza, náuseas, dolores en las piernas, palpitaciones, etc.). Cuando se investiga es frecuente que estos síntomas no aparezcan los fines de semana o en períodos vacacionales. 

El niño puede ser capaz de salir por las tardes a jugar con los niños. En ocasiones, el inicio de los síntomas puede tener lugar después del padecimiento de una enfermedad aguda o cualquier otro motivo que requiera un período de ausencia del colegio, también puede ocurrir después de un cambio de colegio. 

El inicio agudo es más frecuente en niños más pequeños. La intensidad es variable, puede tener una instauración aguda o insidiosa mezclándose con otros síntomas físicos o afectivos. En algunos casos, los menos, puede ser tan grave que puede incluso hacerse necesario el ingreso para desactivar la situación.


Cuando se realiza la historia clínica encontramos que la mayoría de los niños son chicos “buenos”, callados, que no han presentado ningún problema en el colegio ni con los deberes. Algunos de ellos pueden haber tenido dificultades escolares. Es bastante frecuente que la madre de estos niños sea una mujer más bien ansiosa o quizás deprimida que durante años ha podido tener una relación muy cercana con el niño en cuestión.


En alguna ocasión, el niño puede tener un lugar especial en la familia o ser “el elegido o mimado”. Por ejemplo,puede tratarse del benjamín de la familia, o puede haber otro antecedente tal como un nacimiento muy prematuro. El padre puede estar ausente o bien ser una persona pasiva que tiene dificultades para “estar presente"o desempeña un rol secundario en la crianza.

En el examen psiquiátrico, muchos de los niños reúnen los criterios para uno o más de los trastornos de ansiedad, siendo el más frecuente el trastorno de ansiedad de separación. Cuando se investiga, puede encontrarse que existen factores en la escuela que pudieran hacerla más estresante para el niño, tal como un profesor muy duro o rígido o acoso por parte de iguales. En ocasiones el sistema escolar puede ser muy laxo a la hora de registrar las ausencias o puede que existan preocupaciones excesivas relativas a enfermedades somáticas mínimas entre el profesorado.

En la valoración y manejo de este problema, hay que tener en cuenta que al comienzo puede simular cualquier enfermedad (úlcera, migrañas, gastroenteritis, infecciones virales crónicas). Debe descartarse la presencia de una enfermedad física, aunque en ocasiones ésta puede coexistir con la fobia escolar.

Una vez establecida la naturaleza del problema, conviene reunirse con toda la familia, incluyendo al padre, e investigar la forma en que se ha instaurado el trastorno.

Conviene indagar y hacer explicita la naturaleza exclusiva de la relación entre el niño y la madre y cualquier dificultad que se detecte en la capacidad del padre para hacer valer su rol en la familia. También conviene examinar a hostilidad más o menos encubierta que puedan sentir madre-hijo por la excesiva dependencia mutua.

Conviene también establecer un contacto con los tutores o profesores para informar de la situación.

FOBIA SOCIAL INFANCIA

En población infantil la ansiedad por fobia social se expresa en forma de llanto, oposición, berrinches y una necesidad imperiosa de evitar la situación social. Los niños con fobia social presentan también bajo estado de ánimo, poca confianza en sus habilidades y una fuerte tendencia a ser obstinados. A diferencia de los adultos, los niños no tienen porque reconocer que el miedo es irracional. Los síntomas más específicos de la fobia social en niños son:

  • Marcado y persistente temor sobre uno o más aspectos del rendimiento social 
  • Temor intenso a la crítica y humillación en público 
  • Miedo a estar con personas diferentes a los amigos o familiares 
  • La exposición a situaciones sociales casi siempre provoca ansiedad



la fobia social en la infancia es una fuente de sufrimiento para el niño

Se presenta cuando el niño o adolescente tiene una ansiedad excesiva relativa a la posibilidad de que pudiera hacer algo o actuar de una forma que pudiera resultar humillante. Incluye el temor a hablar, comer, escribir en público, ir a fiestas o hablar figuras de autoridad. Cuando ha de confrontar tales situaciones, el niño presenta síntomas de ansiedad intensos. Los chicos pueden intentar enfrentarse a estos temores usando estrategias cognitivas: convencerse de que no pasa nada, o estrategias negativas: evitando la situación. Puede suceder que la situación se vea agravada por un sentimiento de vergüenza por los síntomas. Suelen ser chicos que piensan que los demás los juzgan negativamente

Típicamente comienza en la adolescencia, aunque se ha diagnosticado en niños de hasta 8 años. Suele iniciarse de forma gradual y es frecuente que vaya precedida de una historia de timidez e inhibición social.

Las manifestaciones clínicas puede variar según la edad. En los niños más pequeños suelen tener rabietas o colgarse de los padres o esconderse tras ellos. 

La fobia social tiene consecuencias de gran trascendencia: abandono de estudios, inhibición en el funcionamiento social, desarrollo de abuso y dependencia de drogas, etc 

TRATAMIENTO DE LA FOBIA SOCIAL INFANTIL

El tipo de tratamiento de fobia social que hasta ahora se ha demostrado efectivo es el tratamiento cognitivo-conductual. 

Generalmente incluyen técnicas de reestructuración cognitiva (dirigida a la disminución y eliminación del temor a la evaluación negativa), habilidades sociales, técnicas para el control de la ansiedad (relajación,respiración controlada y la distracción) y exposición situacional (simulada, en vivo o en imaginación). 

De todas las técnicas que se emplean, se considera que ésta última, la exposición es la más útil. En el caso de fobia social se puede utilizar el ensayo anticipado a la situación.

TRASTORNO DE HIPERSENSIBILIDAD SOCIAL EN NIÑOS

El síntoma predominante es la tendencia del niño a evitar el contacto con personas desconocidas, lo que interfiere en su socialización. El trastorno suele presentarse al menos durante 6 meses para realizar el diagnóstico.

La necesidad de eludir el contacto con desconocidos se acompaña del deseo de tener relaciones personales con los familiares y amigos, relaciones que suelen ser entrañables y cariñosas. La ansiedad del niño hace que se muestre tímido y aturdido frente a personas poco conocidas siendo incluso incapaz de hablar o saludar.

Típicamente, el niño se siente muy angustiado cuando los familiares le presionan para que tenga dichos contactos. Es un trastorno que suele comenzar a partir de los dos años y medio, cuando desaparece la ansiedad ante el extraño.

Los trastornos específicos del desarrollo del lenguaje pueden predisponer al padecimiento del trastorno.

TRASTORNO DE ANSIEDAD FÓBICA

el trastorno de ansiedad fóbica no resuelto puede causar fobia social en la edad adulta

La CIE-10 ha conservado el trastorno de ansiedad fóbica como un diagnóstico específico de la infancia. Para llegar a este diagnóstico los niños deben manifestar miedo persistente o recurrente, evolutivamente en un fase apropiada, pero en un grado anormal y asociado a deterioro funcional significativo que debe estar presente más de cuatro semanas.

MIEDOS INFANTILES SEGÚN EL PATRÓN EVOLUTIVO

El miedo en los niños es parte normal de su desarrollo. Los temores infantiles varían según la edad, y suelen ser universales. Comienzan en los primeros meses de vida y llegan hasta los 18 años de edad.
 
los miedos infantiles forman parte del aprendizaje del niño sobre el mundo

  • La presencia de estos miedos se considera como una parte integral del desarrollo psicológico normal. El miedo tiene la finalidad de señalizar la presencia de un peligro. 
  • La mayoría de los miedos suelen ser transitorios y no suelen interferir con el funcionamiento emocional cotidiano, desapareciendo al poco tiempo. 
  • Las vivencias aparejadas con estos miedos permiten al niño generar y consolidar recursos encaminados a resolver situaciones estresantes. 
  • Los miedos son reacciones ante una serie de estímulos que calificamos como amenazadores o que se han asociado con estímulos percibidos como peligrosos.

DIFERENCIAS ENTRE PESADILLAS Y TERRORES NOCTURNOS

Diferencias entre pesadillas y terrores nocturnos
Las pesadillas infantiles y los Terrores nocturnos se engloban dentro de los Trastornos del Sueño, en el grupo de las Parasomnias, que son aquellos trastornos del sueño que se caracterizan por conductas anormales asociadas al sueño. En el niño puede requerir intervención psicológica si aparece miedo a dormirse, a la oscuridad, a conciliar el sueño o problemas de irritabilidad o ansiedad.